viernes, 11 de mayo de 2012

Vampiro y literatura (XVIII)



En Carmilla, el tono erótico posee una carga sexual, que se describe de una manera muy sutil, donde nos muestra que la no muerta está encadenada a una pasión prohibida, de la misma manera que está prohibido el deseo hacia la sangre. El relato, además de estar ambientado como si fuera un testimonio personal, que ha vivido el protagonista, tiene varios elementos que provienen del folclore más popular, como son los amuletos contra los vampiros, el horario de la noche o la estaca, que se usa para terminar con su existencia. Un punto nuevo, que se ha introducido en el relato y que, en algunos casos, será usado en el género del cine, es que Carmilla está obligada a usar su nombre, con todas y cada una de sus letras, aunque tenga que cambiarlo, para poder ocultar su verdadera identidad. Así, nos encontramos que se hace llamar Carmilla, Millarca o Mircalla, según le convenga.
Foto: fuente

No hay comentarios:

Publicar un comentario