Drácula,
por ejemplo, no es un noble de Valaquia, sino szekler, y su castillo
se levantó en el Paso del Borgo en Transilvania, y no en la zona de
Curtea de Arghes, en la provincia de Valaquia, donde Vlad Draculea
llegó a gobernar. Stoker decidió introducir muchas referencias
folclóricas, como podían ser el horario de la noche, la tierra que
había sido profanada y, también, decidió aportar diversos
elementos que, en realidad, eran de su cosecha, que están
relacionados con la idea de que el vampiro y los murciélagos
bebedores de sangre, que existen en Sudamérica, tenían muchos
puntos en común. También, Stoker se inspiró en otras obras de
vampiros, que se habían publicado antes, como Carmilla, en distintos
mitos y leyendas, que se divulgaban por el continente europeo, en su
zona oriental, como la existencia del personaje histórico del
voivoda de Valaquia. Siguiendo la estera de Le Fanu, también, apostó
por crear seductoras mujeres vampiro, como es el caso de Lucy
Westenra. Y, no podemos dejar pasar una de las grandes aportaciones,
al género, que tuvo esta novela: el cazador y experto en vampiros,
Abraham Van Helsing, que junto al propio conde Drácula, pasó a ser
un arquetipo de personajes, a lo largo de todo el género, con
características parecidas.
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