Otra
obra, que debemos mencionar, es La buena Lady Ducayne, de Mary
Elizabeth Braddon (1896), donde se asocia al género de los vampiros,
con la técnica de las transfusiones de sangre.
A
la hora de hablar de la literatura, no podemos dejar de mencionar a
Charles Nodier, que es uno de los precursores del romanticismo y que
se encargó de traducir al francés el relato de Polidori, escribió
una secuela, que no estaba autorizada, de la historia titulada Lord
Ruthwen ou les Vampires (Lord Ruthven o Los vampiros) (1820), que es
un melodrama teatral, que escribió, eso sí, bajo el seudónimo de
Cyprien Bérard. Dicha versión logró ser muy popular, en gran parte
del continente de Europa, y logró convertir al vampiro en la figura
del famoso Lord Ruthven, en distintos personajes de comedias, óperas,
ballets y en otras clases de espectáculos, como pudo ser el
Polichinela vampiro, que fue estrenado en el Circus Moris, en el año
1822; que está relacionado con el auge paralelo, en el continente,
del vaudeville, dentro del período posterior a la Restauración, en
la etapa post- napoleónica. Otro que se encargaría de adaptar a la
lengua inglesa, dicha obra, fue James Planché, como fue El vampiro o
la Novia de las Islas (1820), que está ambientada en Escocia o en la
ópera alemana Der Wampyr, del famoso compositor Heinrich Marschner,
que situó la historia, en las tierras de Valaquia.
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