A la hora de escribir
la novela de Drácula, Stoker empleó una serie de fuentes: por
ejemplo, a la hora de describir los increíbles paisajes de Rumanía,
Bram Stoker se fijó en dos obras: La tierra más allá de los
bosques, una novela de Emily Gerard, del año 1888; y, un Informe
sobre los principados de Valaquia. Para poder conseguir datos sobre
el auténtico Drácula histórico, tuvo que remitirse a los
antecedentes literarios de la famosa novela de Stoler, como es el
Varney el vampiro o las obras de Polidori, Theophile Gautier,
Hoffmann, Charles Nodier, Sheridan Le Fanu o Samuel Coleridge.
También, vemos cómo el personaje del vampiro más clásico se va a
ir desarrollando, eso sí, poco a poco, hasta que se creó el nombre
de Drácula, como nosotros le conocemos, como el ser que descubrimos.
Por otro lado, se dice
que Bram Stoker se basó, a la hora de escribir dicha novela, en la
figura de la histórica condesa Erzsébet Báthory (1560- 1614) e,
incluso, nos la encontramos, como personaje, en la secuela de la
novela, Drácula, el no muerto, que ha escrito su sobrino- bisnieto
Dacre Stoker. Según la leyenda, que gira alrededor de la figura de
la condesa, esta bebía y se bañaba en sangre, ya que creía que era
el secreto de la juventud. Así, publicaba avisos de que necesitaba
doncellas, para poder formar parte de su corte, a las que luego
asesinaba y les quitaba la sangre.
Foto: fuente
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