martes, 29 de mayo de 2012

El Conde Orlok (II)



Los campesinos de la localidad cercana al castillo viven con miedo por la presencia de Orlok y nunca salen de casa, después de la caída de la noche. Thomas Hutter deja sus temores, antes las supersticiones, sin ningún tipo de rigor, y se va a aventurar hacia el vasto castillo del Conde. Una figura oscura encuelta en un traje de conductor, de color negro (o sea, Orlok disfrazado) lo lleva durante el resto de camino que le queda. Es recibido por el propio Orlok, que le dice que, como ya es medianoche, todos sus siervos ya se han ido a dormir, y los dos cenan juntos y discuten la idea de Orlok, de conseguir una casa en la ciudad ficticia de Wisborg, en Alemania. Hutter, de manera accidental, se corta la mano, cuando está partiendo un pan y Orlok no puede, apenas, controlar sus ganas de beber la sangre de la herida de Hutter. Tras esto, Hutter se desmaya en una silla, Orlok logra alimentarse de él, pero esto no se va a ver en la cinta: Hutter, al día siguiente, va a descubrir que tiene dos marcas de mordedura, en el cuello; pero, no es, en ningún momento consciente de que su anfitrión es un vampiro. Hutter sólo se da cuenta de la horrible verdad, cuando, en su despacho lee “El libro de vampiros” y descubre, con terror, que se encuentra atrapado en el castillo con el mismísimo Nosferatu.
Foto: fuente

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