
La idea del vampiro no tiene nada que ver con el que leemos en la saga Crepúsculo, o en la mítica obra de Drácula, de Bram Stoker. Los vampiros, en la antigüedad, formaban parte del folclore y de los mitos de casi todas las civilizaciones importantes como son la de Egipto o de Sumeria, pasando por los pueblos indo americanos. En Mesopotamia, por ejemplo, se invocaba a los dioses para que les protegieran de los llamados Utukku -seres a los que culpaban de enfermedades y peste, que para muchos especialistas eran los antecesores de los vampiros. En el antiguo Egipto, era la diosa de la guerra Sejmet, hija del todopoderoso Ra, y que era considerado como “la terrible”, la que asoló toda la tierra, para castigar a los hombres. Solo había una manera de tranquilizarla: darle una bebida de color rojo, muy parecida a la propia sangre. Para los árabes y los africanos, existían unos demonios necrófagos y vampiros, a los que llamaban guls, del árabe “Al-gul”, que podían cambiar de forma, por voluntad propia, y que habían muerto de forma violenta. Incluso, en uno de los míticos relatos de las mil y una noche -en el que recibe el título de Honor de un vampiro-, el protagonista se llama Ghul.
Incluso, en la religión judía, nos encontramos con el mito de Lilith, la primera mujer de Adan, de la que se hablaba que se alimentaba de la sangre de los niños no circuncidados y ha sido la gran inspiración de las míticas vampiresas seductoras del cine. En la India, los míticos vetata -que se podrían traducir como demonios vampiros- tiene un gran lugar en las narraciones, y, formaban parte de la corte de Shiva, lo encontramos en los lugares de cremación. También, los encontramos en las mitologías budista, hinduista y jaimista, un preta es un espíritu que vive atormentado, es el alma de alguien condenado a sufrir un hambre eterna, y que está castigado a consumir sustancias repugnantes o de sangre, lo que hace que sea peligroso para los hombres.
Incluso, en la religión judía, nos encontramos con el mito de Lilith, la primera mujer de Adan, de la que se hablaba que se alimentaba de la sangre de los niños no circuncidados y ha sido la gran inspiración de las míticas vampiresas seductoras del cine. En la India, los míticos vetata -que se podrían traducir como demonios vampiros- tiene un gran lugar en las narraciones, y, formaban parte de la corte de Shiva, lo encontramos en los lugares de cremación. También, los encontramos en las mitologías budista, hinduista y jaimista, un preta es un espíritu que vive atormentado, es el alma de alguien condenado a sufrir un hambre eterna, y que está castigado a consumir sustancias repugnantes o de sangre, lo que hace que sea peligroso para los hombres.
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