miércoles, 15 de septiembre de 2010

El mito de ser vampiro



El mito del vampiro, hace que se una el mundo de la muerte con el de los vivos. Ambos mundos están unidos por el sufrimiento, el vacío, la oscuridad y la sombra. Estos sentimientos son manifestados por los seres humanos de todas las culturas y épocas. Esto hace que el mito de los vampiros nunca desaparecen y que, cada día, se reinventan. Por otro lado, en la Europa Medieval era utilizado como explicación de una de las enfermedades más temidas: la peste. El vampiro siempre se consideró como algo vinculado al mal, a la angustia de la muerte, y a la inmortalidad, además, del gran temor que provocaban sus poderes.

Este tema lo trató el propio Sigmund Freud: “Muchas personas consideran siniestro en grado sumo cuanto está relacionado con la muerte, con cadáveres, con la aparición de los muertos, los espíritus y los espectros. Pero, difícil que haya otro dominio en el cual nuestras ideas y nuestros sentimientos se han modificado tener poco desde los tiempos primitivos, en el cual lo arcaico se ha conservado tan incólume bajo un ligero barniz, como en el de nuestras relaciones con la muerte. Dos factores explican esta detención del desarrollo; la fuerza de nuestras relaciones afectivas primarias y la incertidumbre de nuestro conocimiento científico (…) Nuestro inconsciente sigue resistiéndose, hoy como antes, a asimilar la idea de nuestra propia mortalidad. Al ser un mito universal, nos lo podemos encontrar desde distintas perspectivas -desde la ficción histórica, el terror gore o el amor adolescente”.

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