Nos
encontramos con la historia de un galán viejo y muy achacoso, pero
que está lleno de caudales, que es don Fortunato Gayoso, que busca
casarse con una jovencita, que tan solo tiene 15 años de edad,
Inesiña, a la que quiere robarle la juventud -a través del cambio
de su aliento sepulcral de viejo por el vaho vital de la chica joven,
tal como le había señalado un curandero, de origen inglés-. La
chica decide aceptar, animada por su tío, que era el cura de
Gondelle, en la confianza de que el viejo va a durar muy poco tiempo
y podría llegar a recibir una valiosa herencia. Pero, en contra de
lo que todo el mundo esperaba, don Fortunato, tras la boda, está
cada vez más joven, ya que está sustrayendo la propia vitalidad de
Inesiña, al mismo tiempo que ella se va marchitándo y va a morir,
sin llegar a cumplir los 20 años de edad. El viejo está tan
recuperado, que decide buscar a otra joven chica, aunque todo esto va
a provocar que los vecinos del pueblo se empiecen a alertar, ante
todo lo que está sucediendo. El cuento es muy bueno y lleno de
ironía, al mismo tiempo que va a suponer la primera conexión
gallega, dentro del género de la literatura de ficción, con el mito
del vampiro.
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