Según
la cultura mapuche, dicha criatura, en la mayoría de los casos,
tendría la forma de una serpiente con alas, la cual reside en los
bosques. Sus alas, con las que vuela cuando quieren, le crecerían
cuando llegase a una edad madura. Va a presentar una longevidad que
llama la atención, y cuando llega a la vejez, se transforma en un
pájaro que va a tener el tamaño de un gallo o un pavo joven; pero,
de la misma manera, va a ser igual de sanguinario, que en su
anterior forma. Por otro lado, se va a caracterizar por poseer una
fuerza tan poderosa, que es capaz de derribar árboles de gran
tamaño; y, en Chiloé, incluso, se llega a hablar de que dicha
criatura puede levantar grandes olas, que van a provocar que las
embarcaciones naufraguen, si están próximas a ellas. Esta criatura
se va a alimentar de la sangre, y, en la mayoría de los casos, nos
los encontramos adheridos al tronco de los árboles, a lo largo de
las noches y durante los días, en los que hay un calor excesivo. Las
personas van a poder saber dónde ha estado, porque va a dejar
huellas de sangre, a través de un excremento, que es de color rojo,
que va a chorrear de los árboles donde el animal vive.
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