domingo, 15 de julio de 2012

Los draugar (III)



Las víctimas de un draugr no se van a limitar a los intrusos a sus sepulcros. Los fantasmas itinerantes, también, van a diezmar el ganado, ya que van a llevar a la muerte a los animales, medio desollados. Los pastores, cuyo deber va a ser mantener en la intemperie, por la noche, a los animalses, son objetivos del hambre y del odio, por parte de los no muertos: “Los bueyes que habían sido utilizados para transportar el cuerpo de Thorolf fueron inducidos a la muerte por los demonios, y todos los animales que se acercaban a su tumba se volvían locos y aullaban hasta morir. El pastor de Hvammr a menudo volvía corriendo a su casa perseguido por Thorolf. Un día que el otoño ni ovejas ni pastor regresó a la granja”. Los draugr, por otro lado, llaman la atención por sus habilidades mágicas -artes que son conocidos como trollskap- que son muy similares a las brujas y a los magos vivos, como puede ser cambiar de forma, llegar a controlar el clima y poder predecir el futuro. Entre las criaturas en las que se puede transformar un draugr tenemos las focas, un gran toro desollado, un caballo gris, que tiene el lomo partido, que no tiene ni orejas, ni cola; o un gato asentado en el pecho de una persona dormida y que crece, de manera constante, hasta llegar a asfixiar a su víctima, a causa de un exceso de peso.
Foto: fuente

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