A causa de lo que hemos dichos, en un artículo anterior, sobre la porfiria y la gran fotosensibilidad que se produce, a causa de la misma, se van a producir una serie de cambios. Cuando una persona que sufre la enfermedad, tiene contacto con la luz solar, va a sufrir un fuerte enrojecimiento, la piel se agrieta y sangra, se forman ampollas que se van a infectar, de una manera bastante rápida, lo que va a causar erosione y úlceras, que, en el momento de cicatrizar, van a dejar marcas e, incluso, pueden llegar a quedarse deformaciones en la zona, que se ve afectada. Por otro lado, el organismo, en un intento de poder proteger la piel del sol, va a desarrollar hirsutismo o un crecimiento anormal del vello en la frente, en los pómulos y en las extremidades y en algunas zonas que son inusuales, como pueden ser las palmas de las manos. Estos rasgos, por ejemplo, los encontramos en la novela de Drácula de Bram Stoker.
-Sufren de deformidades faciales, que se conocen como “Facies vampíricas”. Se produce cuando hay lesiones faciales, que son extensas, recidivantes y mutilantes, que pueden llegar a destruir los labios (podrían llegar a dejar la dentadura al descubierto, dando la apariencia de que los dientes son mucho más grandes, que unos dientes normales), los cartílagos de la nariz, lo que va a dejar los agujeros nasales al descubierto, de manera frontal. También, sucede en los auriculares, lo que va a dar, a las orejas, una apariencia puntiaguda.
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