miércoles, 18 de abril de 2012

Bram Stoker, el padre de Drácula (II)


Cuando se publicó “Drácula” tuvo unas grandes críticas, siendo comparados con los relatos de Poe y con un clásico de la literatura, “Cumbres borrascosas”. Incluso, Arthur Conan Doyle llegó a escribir una carta, muy entusiasta, al autor de esta novela: «Es la mejor historia de 'diabolismo' que he leído en mucho tiempo». Pasaron dos años, hasta que “Drácula” se publicó en Estados Unidos y su éxito se inició, se empezó a vender en grandes proporciones. Algo muy poco frecuente, en esa época: la novela llegó a vender un millón de ejemplares. Pero, la novela no acabó de lograr el peso simbólico, que tiene hoy en día. Al principio, podríamos decir que era un “best- seller” de horro, del estilo gótico; o sea, un éxito de uno de los estilos que mejor se vendían, entre el público, en esa época. Pero, no había nada que se hiciera pensar que Drácula fuera a convertirse en toda una fundación. Casi todos los especialistas coinciden en que el mito de Drácula empezó a nacer, cuando el mito de Drácula dio el salto a la gran pantalla. En el año 1922, Murnau realizó “Nosferatu”, una increíble adaptación de la novela de Stoker, que se caracterizó por ser solapada y haber sido realizada al milímetro. En el año 1931, Tod Browning llegó a ofrecerle el papel del vampiro a un actor desconocido, hasta ese momento: el célebre Bela Lugosi. Entonces, el personaje creado por Bram Stoker empezó a ser icono, de gran relevancia, que conocemos, hoy en día.
Foto: fuente

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