Gilles de Rais poseían un gran deseo del perdón de Dios, que llegó a inspirar a Charles Perrault, en el momento en el que tuvo que explicar la historia de Barba Azul. Georges Bataille le calificó como “un niño con poder” y llegó a acusarlo como «ser un monstruo esencialmente infantiloide» y de «tener un carácter arcaico». A lo largo de los juicios, de Rais dijo que había actuado según la naturaleza que le definía, a causa de los astros, y que no era capaz de controlarlos. Su infancia lo marcó, sin duda. Fue el primer hijo de uno de los grandes linajes de Francia, Guy II de Laval y Marie de Craon, que nació en la famosa torre negra del castillo de Champtocé, que estaba bañado por las aguas del río Loira, en la preciosa región de Bretaña. A lo largo de su infancia, estuvo muy unido a su hermano pequeño, René de Susset, que nació en el año 1407, junto con el cual fue educado por varias nodrizas y tutores eclesiásticos, quienes tenían que dejar su puesto, ya que Gilles tenía una mente sádica y muy cruel. Un hecho que marcó el carácter de Gilles fue la muerte de su progenitor, durante una típica sesión de caza. Guy II de Laval, tras herir a un verraco, fue embestido por éste, en el último intento de venganza y le clavó los cuernos en la zona del estómago. Gilles, que sólo tenía 9 años de edad, fue testigo de dicha escena y de la agonía de su padre, y cómo sus vísceras se iban esparciendo por su lecho.
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