A causa de que los conflictos bélicos le tranquilizaban y no participaba en ninguno, su mente se volvió, todavía, más enfermiza. Además, hay que recordar que, tras la muerte de su abuelo, en el año 1432, él tenía plena libertad para hacer lo que quisiera, como los emperadores romanos que había leído, de joven. Fue conocido como “Barba Azul” a causa de su negra barba, que poseía reflejos azulados. Es cierto que era culto, pero no era reflexivo. Deseaba tener muchas riquezas, pero era una persona despilfarradora. Desde ese momento, para poder satisfacer sus caprichos más caros, empezó a realizar verdaderas locuras. Era un apasionado de las artes, sobre todo, la música, por ejemplo, los cantos gregorianos, con los que llegaba al éxtasis. Incluso, para lograr que los cantores de la época cantaran para él, les hacía partícipe de sus orgías y de sus horrendos crímenes. También, coleccionaba órganos. Gastó mucho de su fortuna en grandes festejos y en realizar obras de teatro, que recordasen las increíbles campañas con Juana. Todo esto le llevó a la ruina y los mismos que le aplaudían, le fueron dejando solo. En ese momento, se interesa por el esoterismo y por la alquimia, además de obsesionarse con la idea de fabricar, lo que le hacia tanta falta: el oro -incluso, llegó a interesarse por la leyenda sobre la Piedra filosofal-.
Foto: fuente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario