No se sabe muy bien la razón, pero Vlad logró ser liberado en el año 1474. Se sabe que formó parte de la batalla de Vaslui -en la zona de Iasi, en Moldavia-, al lado del príncipe Esteban Bathory de Transilvania. Ambos lograron invadir Valaquia, con un ejército que estaba formado por transilvanos, boyardos de Valaquia y un número reducido de moldavos, que habían sido enviados por el propio primo de Vlad Draculea, el príncipe Esteban el Grande de Moldavia. Tras esta batalla, Draculea volvió al trono; pero, Esteban Bathory tuvo que volver a Transilvania, lo que hizo que Dracul estuviera en una posición muy débil, ante sus enemigos. Tres días después, Vlad empezó una campaña contra los turcos, los cuales ya habían reorganizado otro ejército para intentar conquistar Valaquia y poner a Basarab Laiota en el poder. Tuvieron vía libre para entrar en Valaquia, ya que los nobles les apoyaron. Pero, en una emboscada el propio Basarab murió a manos de Vlad Draculea -de dicho episodio, sólo sobrevivieron diez soldados de las fuerzas turcas-. Pero, las atrocidades de Vlad Dracul no se quedaron ahí: su cara y su cabellera fueron separadas de su cráneo y fueron enviadas a Estambul, como si fueran un trofeo de Vlad. La leyenda dice que el lugar donde él fue enterrado fue el monasterio de Snagov; pero, en su teórica tumba, en realidad, sólo se han encontrado restos de animales. Se piensa que los monjes, que años después, se fueron a vivir al monasterio, sacaron los restos, ya que no querían que alguien tan sanguinario estuviera enterrado allí y lo enterraron en otra tumba, a las puertas del monasterio, cuyos restos se perdieron a causa de una ríada.
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