domingo, 18 de marzo de 2012

La leyenda de Isabel Báthory (III)


Su boda fue un evento muy importante, ya que tuvo lugar en medio del gran lujo de la época, en el castillo de Varannó -su nombre, en lengua eslovaca, es Vranov nad Toplou-. Incluso, se llegó a invitar al propio emperador Maximiliano II, que decidió no asistir. Un hecho curioso es que su esposo decide adoptar el apellido de soltera de su esposa, ya que su familia tenía más renombre que el suyo. Se fueron a vivir al magnífico castillo de Cachtice, con su suegra Úrsula y con otros miembros de la casa. Pero, el joven conde no pasaba mucho tiempo en el castillo: la mayor parte de su vida se lo pasó luchando en alguna de las muchas guerras que sufrieron aquellas tierras, en aquel momento de la historia -solía empalar a sus enemigos-, por lo que pasó a la historia con el nombre del “Caballero Negro de Hungría”. Todavía, hay un registro epistolar de cómo Ferenc e Isabel intercambiaban información, sobre cuales eran la mejor manera de poder castigar a los sirvientes, que era algo muy común entre la nobleza de la época. Las posesiones que poseía esta pareja de nobles húngaros eran increíbles y necesitaban tener un férreo control sobre la población local, que eran de distintos orígenes: de origen húngaro, eslovaco y rumano. A causa de las actividades bélicas de su marido, la pareja apenas se veía, apenas tenía contacto físico. Tal es así que, hasta 10 años después de su vida, la condesa no tuvo hijos: su primera hija, Ana. Y, en nueve años, tuvo dos hijas más: Úrsula y Katrynna. En el año 1598, da a luz a su único hijo varón, que llamaron Pablo.
Foto: fuente

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