jueves, 27 de octubre de 2011

El principado de Vlad Tepes


Cuando Vlad descubrió que los turcos habían sido rechazados por las tropas húngaras, decidió atacar y lograr el puesto de poder de Vladislav II y fue apoyado por los húngaros, la población cuyo origen era alemán y, también, logró la protección de los turcos. Con el apoyo de un contingente de Transilvania, que llegó a liderar con un noble de la Casa de Bathory, consiguió derrotar al vaivado. Empezó su cruel reinado, mandado ejecutar, en una plaza pública de Targusor (muy cerca de Targoviste, o sea, la vieja capital de Valaquia, donde había fallecido su propio hermano). En 1456, fue reconocido como príncipe, incluso, entre los reinos cristianos. La primera parte del reinado de Vlad estuvo caracterizada por la obsesión de Vlad Petes, de acabar con las amenazas que le podían poner en peligro, sobre todo, comenzó su venganza contra los grupos de nobles – hay que señalar que volcó sus esfuerzos para terminar con los boyardos-. Logró lo que buscaba a través de la eliminación física y reducir, cada vez más, el poder económico de la nobleza. Hizo un cambio muy importante: la posición más importante, dentro del Concilio de Príncipes, que solía ser para los boyardos con poder, fueron otorgados a un conjunto de individuos desconocidos -incluso, algunos de ellos eran extranjeros; pero, habían demostrado ser leales a la campaña de Vlad Tepes, por lo que él se sentía confiado a darles ese poder-.
Foto: fuente

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