jueves, 7 de junio de 2012

Vittorio, el vampiro (III)



Vittorio va a ser testigo de un festín ritual, que va dirigido al líder del grupo de los vampiros, en el que algunas de las personas, que están en el jardín, son seleccionadas para poder saciar la necesidad de sangre de sus amos. Tras haberse negado a ser convertido en vampiro, Vittorio va a lograr ser salvado y se marcha a Florencia, donde la gente dice que se ha vuelto loco, gracias, otra vez, por la intervención de Ursula. Mientras está caminando, contempla como dos ángeles están discutiendo entre ellos, Ramiel y Setheus. Los ángeles se quedan muy sorprendidos, ya que no sabían que Vittorio podía llegar a verlos -más tarde, va a averiguar de que son ángeles de Fra Filippo Lippi, que es su artista preferido. Con la ayuda de los susodichos ángeles, Vittorio va a planear la venganza hacia los vampiros que fueron los causantes de la muerte de su familia y de beber la sangre de los inocentes -pero, a pesar de la guía y de la ayuda de los ángeles, es Vittorio quien va a llevar a cabo la venganza hacia los susodichos no muertos. A lo largo del día, Vittorio decide regresar al viejo castillo de los vampiros y los decapita, mientras están durmiendo, arrojando sus cabezas a la luz del sol, para que se conviertan en cenizas. Cuando le llega el momento de decapitar a Ursula, Vittorio descubre que no puede llegar a hacerlo, a pesar de que ha recibido las indicaciones de los ángeles.
Foto: fuente

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