Sin
duda, la popularidad le llegó, al mito del conde Drácula, gracias
al cine empezando con la película Nosferatu (1922) de F. W. Murnau
-un dato curioso es que el director
no tenía los derechos de adaptación y se las tuvo que ver, en los
tribunales, con la viuda de Stoker, Florence Blacombe, quien
sobrevivió al escritor, durante 25 años-. Para poder conmemorar el
centenario del fallecimiento del autor, la Asociación de Escritores
de Novelas de Terror de los Estados Unidos, ha decidido otorgar, este
año, un premio extraordinario a la mejor novela de vampiros, que se
ha publicado, desde el año 1912. Pues bien, de las 354 obras que se
consideraron en una primera ronda, sólo quedaron seis finalistas:
Soy leyenda (1954), de Richard Matheson (Minotauro); El misterio de
Salem´s Lot (1975) de Stephen King; Entrevista con el vampiro (1976)
de Anne Rice; Hôtel Transilvania (1978) de Chelsea Quinn Yarbro; El
susurro de la medianoche (1982) de Charles L. Grant y El año de
Drácula (1992) de Kim Newman. Pues bien, la novela que se llevó el
premio fue a parar a manos de Richard Matheson, que no pudo estar
presente, a causa de problemas de salud -el autor tiene 86 años de
edad-.
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