Bulgaria
ha decidido arrojar el guante al país vecino, Rumanía, para
convertirse en el origen pagano, de la famosa leyenda de los
vampiros, al decidir que se albergue, en la ciudad de Sofía, el
esqueleto de un supuesto bebedor de sangre, que ha sido hallado, hace
unos días, en una tumba, que es de la época medieval, en la
localidad de Sozopol, que se ha levantado a orillas del Mar Negro. El
supuesto vampiro, o mejor dicho, el esqueleto de un hombre que,
cuando estaba vivió, tenía una altura de 175 centímetros y cuya
identidad aún no se conoce -su edad, por el momento, es
desconocida-, que fue enterrado en una casa, con un trozo de hierro,
de un arado, que fue clavado en su corazón. Pues bien, quien lo
quiera ver, lo va a poder descubrir en el Museo Nacional de Historia
de la ciudad de Sofía. El hallazgo, que ha sido datado, durante el
siglo XIV, es una muestra de la costumbre, de origen pagano, de
atravesar el corazón de las personas fallecidas con una hoja, de
procedencia metálica, para que los cadáveres no pudieran resucitar
entre los muertos, como dicen que lo hacían los vampiros., según
dice la leyenda.
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