Las
personas, de los dos cadáveres de los “potenciales vampiros”,
eran temidos por sus personas cercanas y, por esta razón, sus
cuerpos fueron enterrados más allá del recinto. Los rituales que se
llevaban a cabo, para poder impedir que las personas se pudieran
convertir en vampiros, tras haber muerto, eran muy comunes en
Bulgaria. Aunque nos sorprenda, todavía nos encontramos con estos
rituales, hoy en día, según nos explica el profesor de etnología
Ratchko Popov, que ha sido apodado como el “vampirólogo” por sus
propios compañeros, a causa de sus muchos conocimientos sobre el
tema. Hay que recordar que el vampiro es visto como un ser feo,
tuerto, con joroba o, incluso, en ocasiones, se describe como cojo.
Incluso, nos encontramos con seres demasiado viejo, que se alimentaba
de la sangre del ganado, pero, que, por otro lado, podía atacar a
los seres humanos, si lo viese necesario- Cuando el vampiro, en un
primer momento, le temía al agua, nos encontramos con episodios con
pueblos enteros, en la zona de Strandja, en el oeste de Bulgaria, que
tomaban la decisión de mudarse al otro lado de un río, para poder
escapar de él. Incluso, esta idea, se sigue manteniendo, hoy en día.
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