lunes, 27 de febrero de 2012

La leyenda negra de Vlad Tepes (II)


Seguimos tratando la leyenda que rodea a un personaje épico, como fue Vlad Tepes, la base del personaje de Drácula, de la novela de Bram Stoker. La mejor descripción que se ha hecho sobre el físico de Vlad Tepes, la hizo Nikolaus Modrussa, uno de los delegados papales, que formaban parte de la corte húngara: “No era muy alto, pero sí corpulento y musculoso. Su apariencia era fría e inspiraba cierto espanto. Tenía la nariz aguileña, fosas nasales dilatadas, un rostro rojizo y delgado y unas pestañas muy largas que daban sombra a unos grandes ojos grises y bien abiertos; las cejas negras y tupidas le daban aspecto amenazador. Llevaba bigote, y sus pómulos sobresalientes hacían que su rostro pareciera aún más enérgico. Una cerviz de toro le ceñía la cabeza, de la que colgaba sobre unas anchas espaldas una ensortijada melena negra”. Vlad no dudaba en hacer y en deshacer las alianzas que firmaba, daba igual que fuera con los turcos o con los húngaros, siempre pensaba en los intereses de su patria, Valaquia. Y,es que durante todos sus años de mando, siempre se caracterizó por ser un verdadero amante de su patria y siempre pensaba en defender los intereses de su pueblo, ante las fuerzas húngaras y las turcas, que veían su tierra como un territorio muy interesante, para poder conquistar.
Foto: fuente

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