miércoles, 7 de marzo de 2012

La primera parte del reinado de Vlad (IV)


Vlad Tepes era considerado maldito, tanto por musulmanes como por cristianos, quienes buscaban estar con él en una posición media. Pero, Vlad no tenía miedo a nadie y llegó a obligar a los musulmanes de su país a que mataran a otros musulmanes- turcos y a los católicos a que mataran a otros ortodoxos. En 1459, el día de San Bartolomé, Vlad mandó que se empalara a la gran parte de los sajones que vivían en Brasov, una ciudad transilvana que había decidido luchar contra él, ya que habían apoyado al pretendiente al trono, Dan II, al lado de los desleales húngaros y rumanos. Después de esa terrible orden, Vlad Dracul organizó un gran festín, en medio de este nuevo bosque, cuyos árboles eran los sajones empaladados, que todavía aullaban de dolor, frente a la tarima donde el verdugo iba descuartizando, muy lentamente, a los líderes de la sublevación y a los miembros de sus familias. Esta celebración, tan particular, llegó a durar hasta muy entrada ya la noche, cuando, para poder tener luz, Vlad y su ejército le prendieron fuego a la ciudad, ante la mirada llena de terror, de unos 30.000 ciudadanos. Pero, aún no quedaba ahí la cosa: a los culpables, que no mandó empalar, los mandó amontonar y dio la orden a sus soldados, para que los mataran como quisieran: con espadas, picas o cuchillos. Poco después de este episodio, organizó el ataque de la región Tara Barsei, donde también llevó a cabo distintos empalamientos.
Foto: fuente

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