Otro tema que se trata en esta novela es el lado oscuro de las personas, que es más universal que cualquier personaje, en particular. También, el tema de la religión posee un gran peso en la novela. Y, es que, para la escritora, la idea de mensajes conspiradores sigue atemorizando al mundo y, también, debemos recordar que muchos conflictos que suceden alrededor del mundo, se hacen en nombre de Dios. Por ejemplo, la parte de la novela que se ambienta en Estambul, busca relatar la especie de guerra santa que llevaba Vlad Dracul contra los otomanos. Y, se trata una extraña relación entre occidente y Turquía. Occidente está lastrado por el pasado que ha vivido (cuya representación viene de la mano de los vampiros) y buscan la ayuda de Turquía -que representa al mundo musulmán, para poder recuperarse y seguir hacia delante. Uno de los personajes más importantes de la novela es el profesor Bora, un académico turco que representa a una antigua sociedad, que vive de forma santa, y que busca terminar con Drácula. Además, Taherí llama la atención de la relación entre ambas culturas con la frase: "la civilización occidental y el Islam tienen enemigos comunes representados por los vampiros, como el postmodernismo en Europa y el oscurantismo en el mundo musulmán"
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